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Una vez fui el señor de los cultivadores en el reino inmortal. Pero renací en un mundo donde las mujeres trabajaban para ganarse la vida, mientras que los hombres se sentaban y se veían bonitos. Peor aún, ¡mi cuerpo se veía como un gordo vago! ¡Trabajaré duro para ponerme en forma, pero no lo haré en beneficio de ustedes, mujeres sedientas!
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